La vendimia 2014 se caracteriza por comenzar con un invierno suave, un inicio de la primavera con temperaturas altas seguido de un pronunciado descenso de las mismas a mediados de mayo.
El verano se caracterizó por sus temperaturas discretas, aunque en septiembre y octubre las mismas fueron superiores a lo habitual, con días soleados y calurosos. Respecto a la pluviometría, el balance fue inferior a lo esperado, por debajo de la media. Solo en los meses invernales las precipitaciones fueron superiores a lo habitual, aunque cabe destacar el buen reparto de estas a lo largo del ciclo, así como la forma de las precipitaciones suave y continua.
Se produjeron lluvias en la segunda semana de octubre cuando ya la mayor parte de la uva había sido vendimiada.